564878_10151511278345179_916068795_n Muchas personas y con gran autoridad han hablado entre estas paredes del Liceo y del Palacio que ocupa.

La directiva me ha designado, bajo su responsabilidad, para que recordemos ambas cosas

Haremos un repaso de cómo y cuándo se construyó el edificio y por quien, así como que ocurría en Ourense en esas fechas.

Después daremos un salto en el tiempo, de 300 años (mediados de 1500 a mediados de 1800), para centrarnos en la historia del Liceo y el entorno ciudadano en que fue creciendo esta sociedad de recreo y cultura.

Introduciremos algunas cosas de interés, a mi juicio, para atraer la atención sobre el patrimonio ourensano

Empecemos por la construcción del edificio y sus promotores   Estamos en los primeros años del siglo XVI. Antonio Palavicini Gentili era obispo de Ourense y como dice Adrio Menéndez no se molestó en ver donde estaba esta ciudad en el mapa. No vino a tomar posesión.

El Renacimiento nacía en Italia y Bramante, su impulsor en Milán y Roma, construía el Vaticano.   Seis años después de la muerte de Bramante y aproximadamente coincidiendo con la de Rafael, aparecen por Ourense D. Álvaro de Oca y su esposa Dª Maria Sarmiento. Buscaban vivienda para convertir en la cabecera del mayorazgo de Celme. El castillo de Celme es esa fortaleza derruida por los Irmandiños, cuyos restos aún se ven en las tierras de Cartelle. Adquieren estos solares ayudados por su pariente D Juan de Deza, Arcediano de Bubal, que era el provisor del obispo ausente y que está enterrado en el deambulatorio de la catedral en el muro contiguo a la Capilla del Sto. Cristo.

Venían a establecerse a lugar tranquilo, después de verse envueltos en las luchas de su pariente Pedro Álvarez de Sotomayor, cuestión que le había costado la vida a la primera esposa de su padre Suero de Oca.

El mismo Pedro Madruga que Philipot sostiene que era Colon.

¿Era Ourense lugar tranquilo?

Vamos a leer un texto que tiene más de un siglo:   “Pero Orense, obedeciendo al poderoso conjuro del Renacimiento, supo convalecer de esos quebrantos con verdadera pujanza y antes de fenecer el siglo XV restauró generosamente el lienzo norte de la catedral, construyó de buena fabrica las casas de los Corregidores, reedificó parte del palacio episcopal y poco después las puertas de la ciudad, sin descuidar la terminación de las obras del puente mayor, tras de lo cual hizo- sé el palacio de Valladares, donde está opulentamente instalado el Liceo y levantaronse importantes viviendas en las hoy calles de Hernán Cortes, Lepanto y Plaza Mayor.”

¿Qué quería decir Manuel Martinez Sueiro, en sus Fueros Municipales de Orense en 1912, con “los quebrantos pasados que dieron paso al resurgimiento”?

Se refería a las luchas entre los “partidos” de entonces: La Mitra, el Concejo y los Hidalgos, con la monarquía por medio. Ambos buscaban el poder, buscaban adeptos y buscaban exprimirlos a impuestos e imposiciones.   No muy distinto de la actualidad.   Entre los impuestos mas peculiares estaban el que no se pudiera vender el vino hasta que nos estuviesen vacías las bodegas episcopales, el de la “anubda” que obligaba a limpiar fosos y reparar las fortificaciones del señor y la “luctuosa”, por la cual muerto el vasallo, los deudos habrían de entregar al señor la mejor cabeza de ganado. Hoy se llama impuesto de sucesiones. Me parece más adecuado el nombre de Luctuosa

La ciudad había sido saqueada por las tropas francesas que venían a ayudar contra los ingleses de Láncaster y luego por éste. Más fatalidad no cabe. Arruinada por las luchas irmandiñas y asaltada por Pimentel contra el de Lemos que se había refugiado en la Catedral, destruyendo la fachada Norte y la capilla de San Juan, que hoy se está restaurando.   Yo añadiría que por aquellas fechas, con un Ourense de poco mas de 1.800 habitantes, cuando se hizo este palacio, se construyó el cimborrio de la catedral por Rodrigo de Badajoz, aún no se había comenzado la capilla del Santo Cristo (aunque el Cristo se veneraba en un altar a entrada de la puerta norte contemplado por el obispo Mariño que lo había traído a Ourense desde Finisterre),estaba construida la capilla de los Remedios por los Méndez Montouto, cuyo palacio era el actual llamado Museo Municipal, la de San Cosme y San Damián, con la casa adyacente, donde está el museo de Arturo Baltar, etc.

No estaban ni Sta. Eufemia ni Sto. Domingo, pero si La Trinidad   Reinaba Dª Juana de Castilla, que aquí en la ciudad había concedido privilegios a los ciudadanos.   Sus padres los Reyes Católicos habían pacificado el territorio y el “cincueccento” entró con vigor y ánimo constructivo   Volviendo al matrimonio Oca –Sarmiento empezó a construir este edificio sobre 1522 y ya habitado remataron la fachada en 1583. Hay documentos de ambas cosas.

El primer contrato de cantero que se conoce es con Pero Fernandes y el último de Antonio Días que término la fachada. Puede que incluso haya trabajado aquí el abuelo de Francisco de Moure, el gran imaginero que lo hubiera sido aunque solo hubiese hecho el san Mauro que está camuflado entre dos columnas salomónicas y los dorados de la Capilla del Sto. Cristo. Si alguno de los presentes no lo ha contemplado 10 minutos allí a la derecha donde se va a estrechando la capilla, se lo recomiendo.   En 1528 el matrimonio promotor consiguió el mayorazgo para su hijo Pero Oca y Sarmiento. Y a la muerte de ellos son enterrados también en la catedral en la capilla de los santos Facundo y Primitivo, donde describíamos antes la de su mentor el Arcediano de Bubal.

Permítanme que en el entusiasmo recomiende a quien no suela hacerlo paseos por la Catedral, que tanto sorprende a los visitantes, observando no solo lo más ostensible y valioso: El Pórtico del Paraíso, el Retablo Mayor de Cornelius de Holanda, las rejerías De Juan Bautista Celme, sino también la escultura funeraria. El sepulcro del obispo desconocido, el del cardenal Quevedo, el de la Infantita, los de la casa de Maceda, etc., Sin olvidar la Claustra Nova.   Volviendo a lo nuestro..

Decía Olga Gallego que estos edificios civiles del renacimiento, apenas estaban estudiados, ensombrecidos por el posterior barroco gallego de los pazos.   Éste si fue muy estudiado y escribieron sobre él casi todos los intelectuales ourensanos desde José Fernández Gallego y Núñez Rodriguez, pasando por Olga Gallego y Adrio Menéndez hasta los actuales Miguel Ángel Gonzalez García, Paco Fariña, etc. liceístas de pro. Su importancia tendrá.   De todos he bebido para este comentario.   Estas piedras que vemos y que posiblemente vinieron de las canteras de Reza, nos contemplan desde hace casi 500 años. El patio y el primer piso, así como la escalinata, son como eran en el siglo XVl.

Y tenemos la suerte de la calidad de su granito y que el palacio cayó en manos sensibles. Las de los que lo habitaron y las del Liceo, que antes de existir la carta de Venecia y del advenimiento de la democracia a España, que trajo la conservación a nuestro patrimonio, nos legaron la fachada y todo este patio de columnas, prácticamente intacto. Quisiera que se observase la pericia de los canteros y las aristas de las columnas octogonales que siguen vivas.   Solo se añadió un zócalo en la fachada, posiblemente para paliar el deterioro de la piedra por las sales de los orines de todo tipo de animales. Incluso los bípedos. Era habitual.

La fachada es sobria excepto los balcones y toda la vertical de la portada y balcón central de extraordinaria belleza en su concepción y en su ejecución. Destacan también las gárgolas. Los escudos repiten las armas de las familias en fachada y en el patio. Los Oca con el árbol y el perro, Sarmiento con los 13 roeles, Ulloa con los escaques, Deza de las tres flores de lis, Zúñiga, Andrade, etc.   El patio estuvo descubierto hasta 1951 y los humos de cigarros, café y del alumbrado anterior a la luz eléctrica no la han deteriorado. Quizás el aliento de los liceístas contribuyó a su conservación.   Pero aquí donde estamos no hay solo el más conservado y hermoso edificio civil de Renacimiento de Ourense

Está la sociedad Liceo de Ourense, terreno abonado de cultura y prescripción de opinión, sigue siendo lo primero y un poco más alejado de lo segundo, que pretendemos recuperar   Hemos saltado al siglo XlX   El Liceo nace en marzo de 1850, con un Ourense de 10.775 habitantes y siendo obispo Pedro Zarancia, pamplonés. Se instala en la calle de Lepanto nº 18 de hoy. Se llamaba Rúa da Obra donde los canteros preparaban la piedra para la construcción de la Catedral.   Ciento sesenta y tres socios, bajo la presidencia del Sr. Lobit y la tutela del Gobernador Civil, como era preceptivo en la época.   Reinaba Isabel ll. Con 20 años y libre de las regencias de su madre y de Espartero.   A la semana y por falta de espacio para albergar a todos sus socios, el Liceo se trasladó a la Rúa de Monterrey, a un edificio en hoy en ruinas (desgraciadamente porque es muy hermoso, pertenece a la Diputación) frente al de Saco y Arce de Antonio Crespo. Poco después a la actual calle de Sta. Eufemia (Plaza del Carbón entonces) y por temor al derrumbe de la Catedral enseguida a esta calle de Lamas Carvajal, pero frente al edifico episcopal, que fue de los Jesuitas, Instituto y Seminario.

Estuvo entre dos bellos edificios que se conservan bien, de Vázquez Gulias ambos, el de Singer y el de Calzados el Modelo. Entonces se llamaba rúa Nova hasta 1873 en que paso a ser calle del Instituto.   Por fin se fija en este palacio que estaba dedicado en ese año de 1870 a cuadra de jumentos de tiro. Lo toma en alquiler y hasta febrero de 1957 no se adquiere en propiedad, 87 años pasaron.

Durante los 25 años primeros sin luz eléctrica, lo que no fue obstáculo para que desde el comienzo de actividad se sustituyeran los jumentos y asnos que la habitaban en él por las expresiones culturales más avanzadas de la época, con secciones de música, pintura, teatro y hasta de las primeras sesiones de cine que se proyectó en la ciudad, por el señor Barbajelata. Causó sensación en la ciudad el concierto de Albeniz destacado intérprete y uno de los tres grandes compositores españoles con Falla y Granados.   Aquí se editó una publicación : El Eco del Liceo”, por la sección de Ciencias y Literatura presidida por Don Juan Manuel Paz Novoa. Fue en el mismo 1870   De las actividades que me han llamado mas la atención en contraposición a la actualidad de nuestro Campus, fue que los profesores del Centro de Instrucción Pública utilizaban los salones del Liceo para presentar a los ciudadanos los avances en el conocimiento de las ciencias y las letras. ¿Por qué se habrá perdido esa hermosa costumbre, ahora que hay un campus universitario?

Todos los intelectuales Ourensanos fueron participes de la acogida del Liceo.   Fueron socios o colaboraron Lamas Carvajal, Curros Enríquez, Prado Lameiro, Marcelo Macías, y sus acólitos de la Comisión de Monumentos Vázquez Núñez, Cuevillas, Martinez Sueiro, Benito Fernandes Alonso, Cándido Cid.

También Adrio Menéndez, que escribió un libro sobre esta sociedad, Otero Pedrayo, Sebastián Martinez Risco, García Mosquera y tantos otros, como nuestros estudiosos de la actualidad   Aquí se organizó Música en Compostela y fue sede de la sociedad Filarmónica, así como se celebraron torneos internacionales de ajedrez

El Liceo contiene una colección de arte de los orensanos mas reconocidos: Desde Parada Justel, cuyo retrato del Padre Feijoo podemos ver en la biblioteca al levantar la vista de las malas noticias del periódico, pasando por Quesada, Prego, Virgilio, de Dios, Huete, Nelson Zumel, Pousa y casi todos los conocidos, así como las esculturas de Baltar, Buciños o Acisclo. Esta directiva pretende catalogar la gran colección, ponerla en valor y exponerla.

También existe una extensa e interesante biblioteca. Solo necesitamos nuevos socios para disfrutar todos de la riqueza liceista.   Poco después de la ocupación de este edificio por el Liceo, se configuró la ciudad con la aportación excelente de los grandes arquitectos de comienzos del siglo XX. Redecilla, que empezó el Instituto que remató Crespo, Meruéndano, el propio Crespo, Queralt, Vázquez Gulias, Conde Fidalgo, con las incursiones de Zabala en el Banco de España, Vargas en el Losada, Jenaro de la Fuente con dos esplendidas obras en la calle de Sto. Domingo, la de Yebra y la de Angelita Varela y otros hasta los contemporáneos que no menciono, para no distinguir.   Todos ellos dejaron para la ciudad un nuevo urbanismo y edificios que nadie se atreverá en el futuro a derribar, como se hizo antaño con otros.

Hoy el Liceo es una sociedad plural, tolerante, exponente de la cultura de Ourense y aspirando a serlo también de la sociedad, que tan necesitada está de orientación y todo esto disfrutando del edificio civil más bonito y conservado que nos han legado nuestros antepasados de los que deberemos de ser dignos.

Mantiene secciones de Arte e Historia, de Literatura, de Música y Canto, con Coral propia, de Naturaleza y de Juegos de ocio.   En esta comparecencia conjunta de los arquitectos ourensanos y de los liceístas nos proponemos trasmitir a nuestros vecinos las bellezas de nuestro patrimonio, que es mucho y conociéndolo lo amaremos, lo conservaremos y se lo dejaremos intacto a los que nos sucedan.

Ya que no dejaremos a nuestros descendientes sin deuda dejémosles con patrimonio histórico y cultural conservado y divulgado

MJMR

EL LICEO DE OURENSE

30 ABRIL DE 2014

Por liceo

El Liceo de Ourense es una Sociedad Cultural fundada el 3 de marzo de 1850.

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