Sempasúchil 

Lujo para los oídos, así fue el concierto de esta tarde de presentación de Sempasúchil.

  

La mayoría de los músicos busca ese nosequé inexplicable que late vivo debajo de las canciones. Eso que llaman duende, energía, magia. El genio que habita las melodías y se aparece cuando se le invoca bien, con el corazón tranquilo y la palabra justa. Hay discos que deben ser celebrados porque en ellos late esa sustancia caliente. Sucede aquí, en Sempasúchil, el disco que reúne a cuatro grandes músicos de la escena gallega alrededor de un puñado de buenas canciones. Un álbum de música instrumental en lenguaje pop grabado en una aproximación jazz, todos juntos en una idéntica respiración para atrapar esa atmósfera donde las melodías se hacen creíbles, donde lo improvisado y lo sentido se muestran en toda su sencillez. Porque lo sincero es hermoso y nada conmueve más que la música tocada desde el corazón conmovido del propio músico. 

 

El guitarrista Antonio Casado, que viene de colaborar con Lucinda Williams, Maceo Parker o Carla Bruni cruza sus arreglos pop de clásicos como Wichita Lineman con el vibráfono jazz de Ton Risco, colaborador habitual de Jorge Pardo. Entre ellos y la consolidada sección rítmica compuesta por Alfonso Calvo (contrabajo) y Miguel Cabana (batería) se tejen armonías que se tocan contenidas, sin aspavientos, con una solidez fabulosa y una delicadeza que conmueve al profano. Esto no es jazz. Esto no es pop. Esto son canciones instrumentales, alientos hipersensibles que hablan de verdades poderosas con un lenguaje sencillo, capaz de atrapar incluso a quien no transite estos mundos. Los instrumentos no dicen “estoy aquí”, sino “hablemos juntos”. Y juntos crean, formulan, construyen algo nuevo y definitivo.  

 

Sempasúchil es el nombre de una flor que Ton Risco recogió en México para hacerla florecer a este lado del Atlántico. El tema da nombre también a la banda y al momento, a esa respiración coral que supo atrapar en los Estudios Mans el productor Iago Lorenzo, tan acostumbrado a las grabaciones de rock que brilla en este desafío instrumental en clave de pop, blues y jazz. Con una delicadísima portada, obra de la artista Iria Cortizo, Sempasúchil es un artefacto sonoro que sirve como ofrenda a ese duende inexplicable. El genio de las cosas buenas. Porque este es un disco de atmósferas donde lo que se quiere decir no tiene palabra ni cuerpo. La plenitud hecha música. 

Por liceo

El Liceo de Ourense es una Sociedad Cultural fundada el 3 de marzo de 1850.

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